Fundir el edificio con el entorno y dejar que la montaña entre en el hogar para que toda la familia pueda convivir con ella. Esa es la premisa para esta construcción. Por eso, la piedra y la madera son protagonistas ya desde la fachada. Igual que sus colores tostados, que recuerdan constantemente el antiguo encinar que un día pobló la zona. En el exterior, la roca del monte se deja ver en unos jardines ubicados a diferente altura y que consiguen que el entorno natural abrace al edificio.
897 SIC








Proyectos destacados

155 JLM
La forma triangular de la parcela con vistas al mar y dispuesta en una curva, condiciona este proyecto residencial. Desde la calle, son protagonistas volúmenes sólidos que, sin embargo, se aligeran con el uso de vanos marcadamente verticales, abiertos como fisuras. Hacia adentro, la vivienda se abre de forma generosa para disfrutar del Mediterráneo y de los espacios comunes. En ellos, la luz es tamizada con lamas de madera orientables y se convierte en protagonista absoluta.

817 OE
El espacio de esta vivienda está organizado a partir de dos volúmenes que se apoyan uno sobre el otro. Desde el exterior ambos dialogan a través de los materiales que los envuelven. Formalmente, estos mismos volúmenes, con su disposición, van articulando las estancias. Además, crean un gran porche orientado al Sur que invita a disfrutar de la convivencia familiar al aire libre y hacen realidad varias terrazas para gozar de momentos de total intimidad.

495 ID
Una rampa suave desciende desde el nivel de la calle hasta desembocar en una plaza de bienvenida en la que se sitúa el acceso a la vivienda. Se salva así el gran desnivel de esta parcela y se atiende al carácter de la numerosa y acogedora familia propietaria. Y es que, tras ese volumen blanco, cerrado a la calle, se ordena esta vivienda abierta a un jardín con vistas panorámicas sobre el Vallès Occidental.