El espacio de esta vivienda está organizado a partir de dos volúmenes que se apoyan uno sobre el otro. Desde el exterior ambos dialogan a través de los materiales que los envuelven. Formalmente, estos mismos volúmenes, con su disposición, van articulando las estancias. Además, crean un gran porche orientado al Sur que invita a disfrutar de la convivencia familiar al aire libre y hacen realidad varias terrazas para gozar de momentos de total intimidad.
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Proyectos destacados
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La escalera de este edificio, tratada como elemento decorativo, es también el eje en torno al cual se articula este proyecto de vocación escultórica. La familia propietaria propuso un programa funcional muy concreto y, puesto que la parcela que no ofrecía condicionamientos especiales, ese elemento vertical se convirtió en el punto en torno al cual se desarrolla un singular juego de proporciones, volúmenes y materiales
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En la calle aparece tan solo una curva sutil y elegante pero contundente. Hormigón sin aberturas. Privacidad total. Es un telón detrás del cual se oculta toda la magia de este proyecto situado en una parcela que se asoma a una de las zonas más hermosas de Cataluña.
El espacio es el privilegio. Así, la misma vivienda que se cierra a la calle, se abre por dentro a la luz y el paisaje, ocupando la ladera de forma escalonada y creando un espacio interior que habla con un lenguaje propio: hormigón contrastado con negro y con madera de roble. Así es como se propicia una conexión íntima con el entorno.
En el jardín, la piedra seca y una vegetación frondosa son los protagonista reforzando esa intimidad buscada.
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Cerrar la vivienda al exterior y crear dentro de ella una naturaleza propia. Tal era el desafío. El proyecto traduce esta intención contrastando sensaciones de manera extrema: desde fuera, la arquitectura ofrece un aspecto compacto, casi monolítico en su volumetría; el interior, en cambio, se desarrolla con un claro carácter fragmentario, pues el proyecto va concatenando volúmenes a veces llenos, a veces vacíos. Estos últimos –de nuevo el contraste– utilizan la madera para mantener la ilusión de contundencia y continuidad, pero ofrecen una realidad desmaterializada con la que se generan paisajes sucesivos: patios, jardines, terrazas. El resultado es una deliciosa isla interior permeable compuesta por piezas que se abren de forma sucesiva a espacios aparentemente vacíos pero ocupados por cuidadas atmósferas de luces y sombras, sonidos y aromas.